Hoy estoy librando una nueva batalla por mi vida y por mí. La batalla definitiva … y vuelvo a despertarme por las noches con crisis de ansiedad, queriendo gritar muy fuerte y muy alto un NO que no tenga más repuesta posible que terminar con esta agonía.

Una agonía invisible, una vez más, porque no se traduce en moratones, huesos rotos o señales físicas. Una agonía que muchos tratan de encajar en sentencias racionales ignorando que lo que me quieren destruir es mi esencia, mi alma y que los golpes me llegan a través de silencios, desprecios, hechos consumados, órdenes tajantes que buscan doblegarme emocionalmente. Porque el maltrato psicológico es la opción de quien quiere destruir a una persona con el beneplácito que concede la invisibilidad y el silencio.

Y te encuentras sola, una vez más, recibiendo silencios e incomprensión. Porque cómo puedes hacer entender a la gente que te duele el corazón, que sangra, aunque nadie lo vea. Que no quieres desaparecer, que lo único que quieres es paz y poder ser tú misma, con tus defectos y tus virtudes. Que aceptas el desamor y el desprecio, pero que quieres que se vaya lejos. Y que si todo se acabó hace años, por qué aún necesita destrozarte, por qué sigues siendo el centro de su rabia.

Que solo quieres vivir …

Anónimo

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