Así se titula una canción de Beret que escuché el otro día por casualidad y cuya letra me pareció “un milagro”. No sólo por lo que contaba, sino porque tratándose de Beret tengo la esperanza de que su mensaje llegue a muchos niños y jóvenes que están empezando a construir su “yo” y su vida. Aunque tampoco le vendría mal escucharla a más de un adulto…

Nadie te enseña a ser fuerte, pero te obligan. Nunca nadie quiso un débil para confiar

Débil, fuerte … las definiciones de la RAE son claras, pero no en qué momento ciertas cualidades y comportamientos de las personas empezaron a ser consideradas como debilidad: las lágrimas de un hombre, la vulnerabilidad, las emociones…

Hay tantos con quien estar, pero no quien ser. Una cosa es lo que soy, y otra, tan solo lo que muestro

Y al final terminamos creando un personaje, vistiendo máscaras, construyendo muros hasta que llega un día que ya no recordamos quién somos de tanto mentir y parecer. 

Ojalá sí te aceptasen por primera vez. Y si entendiésemos que, sí, somos perfectos. A pesar de borrones que quieran manchar el lienzo. Todo es una suma, aunque eso no lo piense el resto

Ojalá llegue el día en que la sociedad entienda que las cosas no son blancas ni negras y que hay una escala muy amplia de grises. Que aunque hagamos nuestras propias elecciones y definamos nuestras ideas y valores, nadie tiene la verdad absoluta y debemos respetar todas las verdades.

Ojalá cada uno de nosotros decida dejar de negarse y poner su vida y su “yo” en manos de los demás. Ojalá enseñemos a los niños y los jóvenes que todos somos Perfectamente Imperfectos y que deben apostar por ellos.

Guerrera Emocional

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