Un día de hace muchos años, entré en la consulta de un nuevo médico. Quería quedarme embarazada, y aunque nunca fue posible siquiera intentarlo, ese día conocí a mi ángel de la guarda. Emotividades aparte, los que me estéis leyendo y conviváis con una enfermedad crónica estaréis de acuerdo en que es un camino muy largo y duro en el que a partir de un momento se siente uno muy solo. El Dr. Navarro Pando desde ese mismo día se comprometió y nunca me dejó caer. Me ayudó a plantar cara a mi enfermedad y luchó conmigo. No sólo me quedó claro que es uno de los mejores especialistas que una mujer puede encontrar (es ginecólogo y obstetra) sino que no pude tener un compañero de batalla mejor.
Podría escribir líneas y líneas sobre mi compañero, pero no es el objetivo de esta mi primera entrada en el blog. Ahora que Guerrera Emocional comienza su camino, quiero aprovechar para agradecer a todos aquellos profesionales y, ante todo grandes personas, con los que he sido bendecida. Porque sí, tengo una enfermedad crónica, pero hoy la veo como una bendición disfrazada (prometo aclararlo en otro momento) que entre otras cosas me ha traído a mi vida personas como el Dr. Navarro y su equipo, especialmente Louise, Ana y Paola.
Y en la nueva etapa que empezó tras la última operación, no puedo ser más afortunada de contar para el camino con Nuria Barriendos, Teresa García Caballero, Thais Hernánz, Adriá Quilez, Xavi Méndez y Montse Pallach.
Soy consciente de que he sido y soy muy afortunada. Y que mucha gente viviendo situaciones parecidas no tiene mi suerte. Por eso (y por otras razones que si decidís seguir leyéndome iréis conociendo) quiero convertirme en la guerrera que está dispuesta a caminar a vuestro lado.
Guerrera Emocional
